jueves, 21 de abril de 2016

La razón y los sentidos

Los seres humanos contamos con dos métodos para conocer la realidad: la razón y los sentidos.
El conocimiento sensible es el resultado de procesar en nuestra mente toda la información que nos llega desde nuestros sentidos, de modo que captemos lo que ocurre a nuestro alrededor. Está formado por la sensación y la percepción. Las sensaciones son fenómenos psicológicos que se originan en nuestros órganos sensoriales cuando son estimulados. La percepción, por su parte, consiste en la interpretación que hacemos de las sensaciones captadas por los sentidos. Este tipo de conocimiento puede no corresponderse con la realidad, pues, al percibir, seleccionamos, organizamos e interpretamos los datos provenientes de los sentidos. Por ejemplo, la Luna parece cambiar de tamaño dependiendo de lo cerca o de lo lejos que esté de la línea del horizonte y los objetos parecen ser más pequeños cuanto más lejos se encuentren del que lo observa.
En cambio, el conocimiento racional es abstracto, puesto que trabaja con conceptos. Los conceptos son creados por un procedimiento de abstracción, que consiste en extraer las características comunes que comparten una serie de objetos particulares y obviar las que los diferencian. Este tipo de conocimiento integra una serie de elementos: los conceptos, los juicios y los razonamientos.
Los filósofos han intentado responder a la pregunta ¿cuál es el método de conocimiento necesario para llegar a la verdad absoluta? y de ahí han salido tres posiciones:
La posición racionalista sostiene que el único conocimiento válido es el que posee exclusivamente de la razón, pues desconfían de los sentidos. Por ejemplo, un racionalista sabe que el fuego quema porque esta a una alta temperatura que el tejido no soporta.
La posición empirista afirma que la única fuente de conocimiento son nuestros sentidos, no desechan el trabajo de la razón, pero lo sitúan en un segundo plano y niegan la existencia de conceptos que no provengan de la experiencia. Utilizando el ejemplo anterior, un empirista diría que el fuego quema porque lo ha experimentado, no aceptaría el razonamiento porque no hay pruebas de ello.  
 Y por último, la posición criticista postula que no hay conocimiento válido que no se base en la experiencia sensible, pero admiten la existencia de conceptos e intuiciones que no proceden de la experiencia y que son imprescindibles para construir el conocimiento.
Esta última fue defendida por Kant, quien sostiene que todo conocimiento comienza con la experiencia, aunque no dependa exclusivamente de ella.
El criticismo se aleja de las posiciones empíricas al admitir conceptos e intuiciones no empíricas que afirman que poseemos conocimientos que no proceden de nuestros sentidos. De esta manera, no podemos captar las cosas en sí mismas sino solo tal como las descubrimos por medio de nuestros sentidos y de la inteligencia que ordena los datos brindados por ellos, es decir, no conocemos la realidad pura sino solo cómo es lo real para nosotros. Por ejemplo, al decimos ''ese animal está enfermo'', si conocemos el comportamiento de ese animal podemos llegar a esa idea, pero si por el contrario no conocemos al animal no podríamos darnos cuenta.
Por otro lado, al afirmar que tales conceptos solo proporcionan conocimientos cuando se aplican a la información provenientes de nuestros sentidos, se aparta de la tesis principal del racionalismo.

En conclusión, para conseguir un conocimiento más completo es necesario la labor de los sentidos y el uso de la razón, aunque nunca se logrará conseguir llegar a la verdad absoluta.

jueves, 3 de marzo de 2016

La verdad de las teorías científicas

Una teoría científica es un cuerpo coherente de conocimientos conformados por un conjunto de leyes relativas a una amplia clase de fenómenos observables. En pocas palabras, es un conjunto de leyes científicas relacionadas entre sí. Estas no pueden ser sometidas a contrastación experimental directa e incorporan términos teóricos con los que postulan la existencia de dichos términos incapaces de ser observados.

Es por esto que no podemos asegurar que una teoría científica es 100% cierta. Esto se debe a que siempre cabe la posibilidad de que aparezca una anomalía. Por ejemplo: vemos un cisne blanco, al día siguiente vemos otro cisne blanco, al siguiente y al siguiente seguimos viendo cisnes blancos, por lo que llegamos a la conclusión de que todos los cisnes son blancos, pero por muchos cisnes blancos que veamos todavía existe la posibilidad de que encontremos un cisne negro. Aun así, si se puede verificar progresivamente. De esta manera no podemos afirmar que una teoría es verdadera, pero si posiblemente verdadera.

Otra opción es la falsación. En esta no se puede afirmar que una hipótesis es cierta, pero si se puede afirmar rotundamente que es falsa, ya que solo se necesita una anomalía para que una teoría sea errónea. Usando el ejemplo anterior, en el momento en el que encontremos un cisne negro la teoría de que todos los cisnes son blancos será completamente falsa, sin importar el número de cisnes blancos que hayamos visto.

Un buen ejemplo de una teoría falsa referente a la medicina es la teoría de los cuatro humores. Esta fue adoptada por los filósofos y físicos de las antiguas civilizaciones griega y romana. Desde Hipócrates, la teoría humoral fue el punto de vista más común del funcionamiento del cuerpo humano entre los médicos europeos hasta ser desbancada por la medicina moderna a mediados del siglo XIX. Esta teoría mantiene que el cuerpo humano está compuesto de cuatro sustancias básicas, llamadas humores (líquidos), cuyo equilibrio indica el estado de salud de la persona. Así, todas las enfermedades y discapacidades resultarían de un exceso o un déficit de alguno de estos cuatro humores. Estos fueron identificados como sangre, bilis amarilla, bilis negra y flema.

Además de la verificación gradualmente creciente y el falsacionismo, los filósofos encargados de la ciencia han elaborado otras tres opciones para este problema: el realismo, en el que se afirma que las teorías son objetivamente verdaderas o falsas dependiendo de si corresponden o no con la realidad; el instrumentalismo, en el que las teorías no son ni verdaderas ni falsas, sino más o menos útiles; y el descriptivismo, por el que las teorías son descripciones resumidas de relaciones entre sucesos o propiedades observables.


En conclusión, las teorías científicas no son las verdades incuestionables que se cree popularmente y jamás se podrá afirmar que una teoría es absolutamente cierta.

La reforma de la ortografía española - Miguel de Unamundo

Este texto informativo y expresivo, pues no solo muestra una realidad objetiva sino que da su opinión sobre dicho tema; escrito, porque es un texto argumentativo; formal, pues no existe ninguna proximidad entre en emisor y el receptor; y por último, profesional o periodístico.
El tema que trata Miguel de Unamuno en este texto es la inutilidad de mantener una ortografía basada en criterios etimológicos. Según el autor, en la ortografía hay dos bandos: uno opina que se debería  adaptar la ortografía a la pronunciación y otro que asegura que se ganaría claridad manteniendo la escritura etimológica. Finalmente, Unamundo rebate ambos pensamientos.
La estructura presente en este texto es deductiva, ya que comienza con la tesis de la que trata y continúa argumentando su opinión.
El nivel de lengua que se muestra en este escrito es un nivel medio, pues, aunque se demuestra un conocimiento de la lengua, hay mayor expresividad y simplificación léxica.
El registro utilizado por el autor es formal, pues utiliza un vocabulario culto y demuestra un conocimiento de la lengua.
En el texto se aprecian tres funciones del lenguaje: en primer lugar, la apelativa, que se expresa a través de oraciones interrogativas; la expresiva, porque el escritor deja entrever su opinión sobre el tema a tratar tanto directa (con la conclusión) como indirectamente (con la forma de describir ambas teorías); y por último, la metalingüistica, ya que utiliza la lengua para hablar de la propia lengua.

El alma humana

Uno de los problemas filosóficos más comunes de la historia es si existe o no una realidad distinta del cuerpo: el alma. Si la respuesta es afirmativa ¿Qué relación tienen alma y cuerpo? ¿Se puede vivir sin contar con el cuerpo físico? Jamás se ha sabido a ciencia cierta la respuesta a estas preguntas, aunque los filósofos han aportado su opinión respecto a este tema que todos hemos abordado al menos una vez en nuestra vida.

Para realizar una síntesis sobre las opiniones más importantes debemos agruparlos en dos grupos: el dualismo y el monismo.
El dualismo afirma que el alma y el cuerpo son dos sustancias diferentes e independientes la una de la otra. En esta doctrina, cuyo filósofo más destacado fue Platón, el cuerpo pertenece al mundo sensible, la parte que interactúa con los objetos físicos y que por eso nos permite conocerlo. El alma, en cambio, proviene del mundo inteligible, nos permite conocerlo porque ha estado en contacto con las ideas; esto es posible debido a que es inmortal, eterna, existe antes y después que el cuerpo.
 En cambio, el monismo intenta demostrar que solo existe una única realidad, la material. Afirman que el ser humano está formado por la fuerza de la naturaleza, es decir, que todo, hasta el alma y los dioses, está compuesto por partículas. Estos separan la mente del cuerpo. En esta doctrina, Demócrito es de los filósofos más relevantes.


Personalmente, aunque ciertos puntos de la teoría dualista me hacen dudar de mi decisión, estoy a favor del monismo. Esto se debe a que para que exista el alma tiene que existir también un mundo aparte, sobrenatural e inmaterial, en el que habiten estas, y, a mi forma de pensar, esto no puede ser posible.

La utilidad de la filosofía en la actualidad

 La filosofía es el estudio de ciertos problemas fundamentales relacionados con cuestiones tales como la existencia, el conocimiento, la verdad, la belleza, la mente y el lenguaje. Su principal ocupación es cuestionar y aclarar algunas ideas muy comunes que todos nosotros usamos cada día sin pensar sobre ellas.
 Esta siempre ha sido muy importante en la sociedad, aunque ha adquirido un mayor valor en la actualidad por varias razones, como por ejemplo; la importancia de entender que la destrucción del planeta es posible y que debemos reflexionar para intentar transformar esta realidad.
 El mundo problemático es el campo en el cual se mueve la filosofía.
 Desde siempre, la filosofía ha alimentado la curiosidad de los hombres y mujeres, pues existe en ellos un gran afán de saber. Además, por medio de ella se desarrollan, refuerzan y perfeccionan las facultades del ser humano, y principalmente las intelectuales, es decir, sitúa a hombres y mujeres por encima del resto de seres vivos que pueblan el planeta.
 Ha contribuido poderosamente al desarrollo y progreso de las ciencias, tanto naturales y físicas como morales y políticas.
 A partir de la contemplación reflexiva de la filosofía han nacido todas y cada una de las ciencias, por eso se dice que, sin ser una ciencia, es la madre de todas las ciencias.
Nos permite tomar conciencia de nuestra situación, encararla y comprometernos a cambiarla.
 Facilita la búsqueda de la verdad y adquirir cierta independencia y superioridad para juzgar y criticar las doctrinas.
 Nos permite desarrollar el sentido crítico, pues nos lleva a reflexionar, y por último, ayuda a tener una mente más abierta y a desterrar las preocupaciones y los prejuicios.
 Quizás la filosofía no tenga un fin importante, ya que casi todas las preguntas quedan sin respuesta. Pero estudiarla nos enseña lo que han pensado otros, sobre temas que todos nos hemos planteado alguna vez.


Rima LXVI

¿De dónde vengo?...El más horrible y áspero
de los senderos busca;
las huellas de unos pies ensangrentados
sobre la roca dura;
Los despojos de un alma hecha girones
en las zarzas agudas,
te dirán el camino
que conduce a mi cuna.

¿A dónde voy? El más sombrío y triste
de los páramos cruza,
valle de eternas nieves y de eternas
melancólicas brumas;
en donde esté una piedra solitaria
sin inscripción alguna,
donde habite el olvido,
allí estará mi tumba.

Este poema titulado Rima LXVI pertenece a las Rimas de Gustavo Adolfo Becquer, publicadas póstumamente en 1871.

El autor nació en Sevilla el 17 de febrero de 1836.
Su vida estuvo regida por la enfermedad, los fracasos amorosos con varias mujeres y los apuros económicos.
Decidió dedicarse a la literatura mientras trabajaba en periódicos de poca categoría.
Posteriormente entró en "El Contemporáneo" donde publicó crónicas sociales, algunas de sus Leyendas y los ensayos columnistas Cartas desde mi celda que reúne nueve escritas para el periódico publicadas entre mayo y octubre de 1864.
En 1867 escribió sus famosas Rimas, pero la Revolución de 1868 hizo que se perdiera el manuscrito y el poeta tuvo que preparar otro.
Murió el 22 de diciembre de 1870 por tuberculosis agravada por una depresión.

Unas de sus obras más conocidas son sus Rimas, a la que pertenece este poema, y las Leyendas y Cartas desde mi celda, ambos textos narrativos.

Gustavo Adolfo Becquer pertenece al Romanticismo. Esta corriente se caracteriza por la ansía de libertad, la exaltación del yo individual, el espíritu de rebeldía, el sentimiento de soledad  y de resignación al sufrimiento, la identificación con la naturaleza, la exaltación de la imaginación y del sentimiento, y la valoración de lo nacional y popular.
Otros poetas propios del Romanticismo son José de Espronceda, Rosalia de Castro y José Zorrilla.

La poesía de Becquer se caracteriza por que mantiene el ritmo, por  la rima asonante y la igualdad de sílabas métricas, además, los versos no tienen número fijo de versos, casi todos son de tema amoroso o tétrico, y consiguen alcanzar un alto nivel de grandilocuencia y expresividad.

En este texto el poeta contesta dos preguntas referentes a su vida: primero sobre lo que ha sido su vida hasta el momento, llena de sufrimiento tanto físico como emocional; y después sobre lo que será hasta su muerte, presagiando su olvido.

El tema que trata es la visión pesimista del autor sobre la vida.

El tono con el que está tratado el tema es sombrío.

Las rimas a las que pertenece este poema se dividen según el tema que abordan: de la I a la XI tratan sobre el genio lírico y la inspiración; de la XII a la XXIX, sobre el amor esperanzado y gozoso; de la XXX a la LX, sobre el fracaso amoroso; y, por último, de la LII a la LXXIX, sobre la soledad y el vacío existencial.

En el texto puede apreciarse el tópico vida como camino.

En el poema se encuentran varias palabras pertenecientes al campo semántico o asociativo de camino (Sendero, camino, páramos, valle), relacionado con el tópico literario vida como camino.

El texto está escrito en futuro salvo en las dos preguntas iniciales de las estrofas, que están escritas en presente.


Esta obra contiene varios recursos literarios como son el epíteto, que se encuentra en el cuarto verso "roca dura"; apóstrofe en el séptimo verso "te dirán"; paralelismo en el comienzo de ambas estrofas "¿De dónde vengo?/¿A dónde voy?" la estructura es: preposición+adverbio+verbo; y por último, encabalgamiento a través de todo el poema.

Mecanicismo vs. Teleología

El mecanicismo y la teleología son dos concepciones filosóficas contrarias, pero ambas comparten el interés por comprender el funcionamiento del mundo.
La teleología sostiene que toda la realidad está orientada a un fin, que ha sido ordenada por una finalidad concreta. Las cosas no suceden ni son al azar, sino que el conjunto de la realidad y cada uno de sus seres existen con un objetivo concreto predeterminado.
El mecanicismo, en cambio, afirma que la naturaleza es como una máquina, y los cambios y las transformaciones que experimenta son fruto de la acción necesaria de unos mecanismos sobre otros. Por tanto, la naturaleza no obedece a un plan previamente trazado, sino a una serie de reglas que se cumplen sin ningún objetivo trazado previamente.
El concepto mecanicista se apoya en el principio de causalidad que regía todos los fenómenos que describe la física clásica. Pero esta concepción del mundo ponía en duda la libertad humana, pues las máquinas pertenecen al mundo inorgánico y no se puede hacer ninguna similitud.
Por el contrario, el teleologísmo entendía el mundo como consecuencia de las cuatro clases de causas que planteó Aristóteles: causa material, aquello de lo que está compuesto algo, por ejemplo, el bronce de una estatua; causa formal, aquella que da al ser un objeto, la forma de dicha estatua; causa eficiente, aquello que ha producido un objeto, el escultor; y por último la causa final, aquello para lo que existe un objeto, adorar un templo. Principalmente la causa más importante es la causa final, aunque son necesarias todas para completar el universo.
La selección natural es un impedimento claro hacia la teleología, ya que, por ejemplo, si el oxigeno de la atmósfera estuviese a un metro y medio del suelo, todos los que midan menos o crecen o mueren. A la larga solo habría seres vivos de más de un metro y medio, es decir, en todos los medios, lo que no se adapta desaparece. Si todos los seres tuvieran un fin determinado esto no sería posible, a no ser que ese fin sea la extinción.

En conclusión, científicamente el mecanicismo es la concepción más acertada, pues colabora con el avance y a entender con mayor facilidad el mundo.

martes, 1 de marzo de 2016

IES La Laboral

Este es mi primer año en el instituto y tiene cosas buenas, como el nivel en asignaturas como filosofía,lenguaje y física y química, los amplios espacios tanto exteriores como interiores o la cafetería, también cuenta con otras cosas que, si se solucionaran, el instituto sería más agradable para los alumnos que cursan en él.
En primer lugar, los baños destinados a la ESO y bachiller se pasan la mayor parte del tiempo averiados y no cuentan con papel salvo en contadas ocasiones. Aunque esto no sería un problema si nos permitieran usar los baños de ciclos formativos, cosa que no hacen.
Además, es muy frío y hay humedades tanto en algunas paredes de los pasillos como en el suelo del patio.
Por otro lado, las aulas cuentan con una conexión a Internet escasa o nula, lo que dificulta la realización de algunas actividades como, por ejemplo, las exposiciones. 
Aun todos estos detalles, considero que este instituto es bastante bueno.