Uno
de los problemas filosóficos más comunes de la historia es si existe o no una
realidad distinta del cuerpo: el alma. Si la respuesta es afirmativa ¿Qué
relación tienen alma y cuerpo? ¿Se puede vivir sin contar con el cuerpo físico?
Jamás se ha sabido a ciencia cierta la respuesta a estas preguntas, aunque los
filósofos han aportado su opinión respecto a este tema que todos hemos abordado
al menos una vez en nuestra vida.
Para
realizar una síntesis sobre las opiniones más importantes debemos agruparlos en
dos grupos: el dualismo y el monismo.
El
dualismo afirma que el alma y el cuerpo son dos sustancias diferentes e
independientes la una de la otra. En esta doctrina, cuyo filósofo más destacado
fue Platón, el cuerpo pertenece al mundo sensible, la parte que interactúa con
los objetos físicos y que por eso nos permite conocerlo. El alma, en cambio,
proviene del mundo inteligible, nos permite conocerlo porque ha estado en
contacto con las ideas; esto es posible debido a que es inmortal, eterna,
existe antes y después que el cuerpo.
En cambio, el monismo intenta demostrar que
solo existe una única realidad, la material. Afirman que el ser humano está
formado por la fuerza de la naturaleza, es decir, que todo, hasta el alma y los
dioses, está compuesto por partículas. Estos separan la mente del cuerpo. En
esta doctrina, Demócrito es de los filósofos más relevantes.
Personalmente,
aunque ciertos puntos de la teoría dualista me hacen dudar de mi decisión,
estoy a favor del monismo. Esto se debe a que para que exista el alma tiene que
existir también un mundo aparte, sobrenatural e inmaterial, en el que habiten
estas, y, a mi forma de pensar, esto no puede ser posible.
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